Ensayo: Desvalorización de la Educación Músical en Chile




Ensayo:" Desvalorización de la Educación Músical en Chile"


Introducción

            La educación musical en Chile es un tema que en la actualidad, ha generado debates por parte de músicos, profesores especialistas y generalistas,  en educación, en donde sus perspectivas, pensamientos, y argumentos colindan al momento de valorar o generar una importancia en la enseñanza de la educación musical en Chile.  Cabe señalar que, no solo debemos considerar en esta desvaloración, a los personajes principales que se ven afectados por esto, sino que también a los agentes que influyen dentro de un determinado establecimiento: profesores, estudiantes, apoderados, etc.

            Es por ello que, en el presente ensayo se pretende develar la importancia de la Educación Musical, situada en el contexto Chileno. Para ello se trabajará en base al siguiente cuestionamiento: ¿Por qué en Chile se desvaloriza la asignatura de música? , ¿Se puede establecer alguna relación de tipo cultural que influya en este tipo de desvalorización? ¿Qué motivaciones tienen los profesores para realizar una clase de música? ¿Cuáles son los beneficios que resultan de las prácticas musicales en los estudiantes?




Ensayo

            En la sociedad actual chilena los profesores de educación musical la educación musical y artística se ha utilizado como adorno  para diferentes actos académicos,   o diferentes expresiones, otorgándole un carácter de disciplina complementaria y no dándole la importancia que se merece, por ello se va perdiendo el carácter formativo-educativo junto con la motivación para realizar estas clases, tanto de los profesores, alumnos, lo que conlleva la transmisión de la desvalorización de las artes en la cultura.
            Basándonos en lo anteriormente expuesto, referente al tema cultural, podemos afirmar la cantidad de prejuicios que se les ha otorgado tanto a músicos, pedagogos y especialistas en la materia, etiquetándolos, por ejemplo como: “disciplina fácil, sin mayores dificultades y que no conllevan a ningún futuro”, “vagos”, “flojos”, e “inservibles para la sociedad”, ya que estas no corresponden a las disciplinas “fundamentales”, por tanto, no pertenecen al pilar fundamental de preparación para la educación superior.
            Se establece entonces, una responsabilidad centrada principalmente en la sociedad, y desde ahí, traspasada al aula.  Los tipos de prejuicios que mencionamos, parten desde la poca educación musical que tenemos en nuestra enseñanza básica – media,  lo que se ve reflejado en los planes de estudio y en la escasa cantidad de horas que se destinan para esa asignatura.
            Como sociedad cometemos el error de dejar de lado los beneficios que lleva la expresión de la educación musical, que conllevan al desarrollo de la persona y sus relaciones sociales, es decir, como sujeto integral.
            Ante esto se afirma que “el estudio de la música forma la disciplina personal, la participación musical promueve las actitudes sociales deseables” (L. Garretson, 1980, p. 1)
            La responsabilidad de promover esas actitudes que señala L. Garretson, son principalmente, de los docentes, quienes deben enseñar los valores, habilidades y actitudes que le permitan desarrollarse en la sociedad.

            Consideramos que el desarrollo “humano, la sensibilidad” de la persona, se da principalmente por la exposición al arte, en el caso de la educación musical, se pueden establecer una serie de características que se desarrollan: Pascual (2002), menciona que se da un desarrollo paulatino entre los que se destacan, el intelecto, de la personalidad, psicomotor y  psicosocial (p. 35)
            El docente como profesional de la educación es el encargado de trasmitir los valores, habilidades y los conocimientos necesarios hacia el alumnado, para ello tiene la obligación de adquirir conocimientos actualizados y buscar las estrategias metodológicas adecuadas para transmitir los conceptos básicos y saberes a los niños. Los profesores generalistas deben poseer una disposición hacia la búsqueda de conocimientos y estrategias relacionadas a la expresión musical, el problema es que esto no se presenta, debido a la desmotivación y falta de preparación de esta disciplina por parte de las casas de estudio de educación superior y la desvalorización que le ha otorgado la sociedad a ésta, donde el profesor no se siente capacitado para realizar las clases de expresión artística o educación musical, evadiéndolas y otorgando esas horas a asignaturas “más importantes”, como lenguaje, matemáticas o ciencias. No se hace cargo del problema, por lo que se ve desplazado. Respecto a esto, Mills señala que “La música es para todos los profesores. Con esto quiero decir que la idea sería que los niños estudiaran música con su profesor habitual, y no con uno especializado! (Mills. 1997, p 10).  Además,  señala que “Cualquier profesor a quien se da una preparación y apoyo adecuado, es capaz de enseñar música.” (Mills, 1997, p 19)
Para desarrollar las potencialidades en el estudiante se debe enfatizar en el rol que juega el profesor de música, el cual debe poseer ciertas características, como por ejemplo sentir una pasión por lo que hace y enseña, de modo que se pueda transmitir el conocimiento de una manera distinta.
            Hemos mencionado hasta el momento los temas más recurrentes hacia o encaminadas al propósito central correspondiente a la desvalorización de la educación musical en Chile, se ha tocado el tema de una responsabilidad social, cultural y del profesional de la educación general.  Ahora, centraremos nuestra atención en el rol protagónico del profesor especializado de la educación musical.
            Para tratar este tema haremos mención al tipo de enseñanza que este posee y a su vez entrega a los estudiantes, claro está de que las ventajas en comparación al profesor generalista son altas, donde destacamos por ejemplo su alta preparación pedagógica con respecto a su área, el conjunto de conocimientos psicológicos que posee en relación a las etapas infantil y juvenil de los estudiantes, junto con la implementación de estrategias acordes a cada etapa del desarrollo del estudiante, el desarrollo indispensable de la afinación, oído, coordinación rítmica, entonación, el dominio de uno o varios instrumentos  Pascual destaca en ellos, sobre todo para la enseñanza en educación general básica:
            Pascual (2002) La interpretación de instrumentos supone tocar, ver y hacer con lo cual se realiza un fit-back inmediato entre la audición y la motricidad con un importante refuerzo visual; desarrollo psicomotor y corporal, agudeza auditiva, función diagnóstica de problemas motores, respiratorios y auditivos, contribuye al interés por la lectura musical, acercamiento a los instrumentos, desarrollo de la sensibilidad y equilibrio psicológico, favorece la cooperación grupal y la integración, desarrolla la responsabilidad, entre otras cosas. (p 266)
            Con lo anteriormente mencionado podemos establecer la relación: profesor-instrumento- alumno. En esta relación se establece el acercamiento que el niño tiene y que se le oferta de parte del profesor hacia la ejecución musical (primeros pasos hacia el sentido de la música), lo que genera una notable motivación e interés por aprender, debido a la cercanía entre instrumento y estudiante.
            Esta motivación se debe incrementar y desarrollar a través de métodos acertados  como lo son los métodos:  Reusch, Orff, Suzuki, Kodály y Dalcroze. Esta motivación debe relacionarse a tanto en  el estudiante como en el profesor.  El problema en la educación la musical Chile recaer en la baja preparación especializada de métodos, donde el profesor generalista no adquiere los conocimientos necesarios relacionados a los métodos específicos de la enseñanza música a diferencia del profesor especializado que sí los tiene.  A pesar de que el profesor especialista tenga los conocimientos y condiciones par realizar de manera eficiente una clase de música, el currículum nacional muchas veces tiende a desplazar y desvalorizar el trabajo  que aporta el profesor de música a la formación del estudiante.
            Volviendo al punto señalado anteriormente sobre los métodos específicos, que de por cierto son importantes para establecer la motivación del estudiante hacia la educación musical y propicios para lograr el objetivo del desarrollo personal del alumno, hablaremos sobre los diversos métodos pedagógicos a utilizar en el aula.
             El Método Orff plantea la enseñanza musical a través de la participación, interpretación y creación por medio de la difusión de instrumentos escolares y material didáctico.  Pacual (2002) señala que Orff creó un sistema educativo musical que dotó de propuestas pedagógicas para estimular la natural estimulación musical de los niños y desarrollar su sentido rítmico, la improvisación de sonidos y movimiento como una forma de expresión personal. Este método es eminentemente activo, ya que parte de la base de  que la mejor enseñanza musical es aquella en la que el niño participa, interpreta y crea (p. 204).
            Otro método a utilizar en el aula  podría enfocarse en las propuestas dadas por Kodály,  Esta se basa en el movimiento, donde los instrumentos paran a ser un acompañamiento para guiar marchas u otros movimientos corporales, se destaca también la recopilación y difusión del canto popular y música folklórica.  Pacual (2002) establece que el sistema Kodály utiliza canciones folklóricas ya memorizadas por el alumno, puesto que las conoce desde bien pequeño y enseña el solfeo reconociéndolo  en ella. (p. 127) 
            Por último el método Dalcroze se basa principalmente en el ritmo, movimiento y la danza, se hace la relación entre sonido, pensamiento y sentimiento. Este se realiza  a través del acompañamiento instrumental, principalmente piano, y acompañamiento de materiales concretos que ayuden a la expresión corporal (aros, balones, pañoletas, entre otros.). Pascual (2002) cita en su libro a Dalcroze que señala: Mi convencimiento es que la estuación por y para el ritmo es capaz de despertar el sentido artístico de todos los que se someten a ella. Por eso lucharé hasta el fin para que se introduzca en las escuelas y para que se haga comprender a los educadores el papel importante y decisivo que el arte debe desempeñar en la educación del pueblo. (p. 100).
            Parte entonces en la necesidad del educador activo, interesado, motivado en esta disciplina y el conocimiento en cuanto al uso que posee en relación a las prácticas educativas que se ejecuta en el aula.

Conclusión:

            A modo de conclusión, podemos señalar  que la educación musical en Chile si se ve tergiversada por los actores sociales que sustenta el currículo nacional dentro de un contexto determinado, clasificando la educación artística y musical como una enseñanza de segunda categoría, al no ser una asignatura fundamental para preparación hacia la educación superior.  Además consideramos de que los profesores se encuentran en una etapa de desmotivación en donde la falta de conocimientos y  metodologías para enfrentar una situación académica de este tipo, recaen no solo en el docente, sino que también en el estudiante, lo que provoca una concepción negativa hacia la asignatura. Si este problema de desmotivación no se soluciona la sociedad va a seguir ciento la brecha del desarrollo de esta asignatura. 
            En cuanto a la motivación del profesor y el alumno, consideramos pertinente fomentar el aumento de horas pedagógicas destinadas al área de la expresión musical y artística y  el aumento de actividades extracurriculares relacionadas con la disciplina.
            Ante la problemática presentada proponemos realizar cambios desde lo general hacia lo particular, es decir, la concepción que se tiene como sociedad del ámbito musical, las falencias y limitaciones curriculares que se le otorga, lo que conlleva al conocimiento motivacional del docente, dependiendo del tipo de formación que establezca la educación superior a la formación profesional y metodológica del profesor y por último la reprecisión en la motivación que se presenta en el niño.

  Autoras: PÉREZ F., Claudia; VALENZUELA I., Angela.

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